24 de enero de 2012

Sueños de un seductor (1972)

Director: Herbert Ross
Blanco y negro, un neblinoso aeropuerto de noche, dos amantes que se tienen que separar ¿les suena? Casi seguro que sí. Sueños de un seductor empieza cuando termina Casablanca . En un cine de reestreno un emocionado hombrecillo ve, por nonagésima vez, como Rick le dice adiós a Ilsa.  ¿Quién es este hombrecillo? Un Woody Allen (¡sorpresa!) neurótico y nervioso, escritor de críticas de cine a quien su mujer acaba de dejar que se lanza a buscar pareja con ayuda de sus amigos mostrándonos un amplio catálogo de formas de hacer el ridículo y cuan desesperado puede llegar a estar un hombre por encontrar a una mujer. Tras varios intentos fallidos la acuciante necesidad hace que su idolatrado Humphrey Bogart se le aparezca para ayudarle en sus lides amorosos. Si ver a Woody Allen comportándose como Woody Allen resulta, de por sí, hilarante, las risas aumentan cuando intenta ligar a lo Bogey.
Casablanca tiene tres Oscar, miles de posters, pero el mayor honor que puede recibir una película es tener otra que la homenajee. Woody Allen se descubre amante de este gran clásico en una comedia redonda. Si alguien no ha descubierto todavía a este genial cómico le aconsejo que vea esta película, podría ser el principio de una hermosa amistad.
Thelma
Leyendo sobre su ídolo, a ver si aprende a ligar

1 comentario:

  1. ¡Ya tengo una nueva película por ver este fin de semana! Recuerdo que la medio vi un domingo a las 4 de la tarde, pero mi madre hacía zapping (cosas que odio) y yo estaba con migrañas y como eso no es verla en condiciones; habrá que redescubrirla :)

    Woody Allen es una persona maravillosa, ¡”un ejemplo para su raza”! jaja. Me atrevería y adelantaría a decir que todas sus películas son increíbles (que aún me quedan unas cuantas).
    Tiene un toque único que le caracteriza y muchos envidian… Tiene ese algo inexplicable que todo director y actor de cine debería tener.

    Sí, cuando no actúa, -que digo yo- es decir, cuando hace de Woody Allen, las risas inundan la habitación, porque ¿cómo resistirse a ese “emocionado hombrecillo”?

    Y que homenajee a “Casablanca” es para quitarse el sombrero; aunque no es difícil ser un fiel alabador de esa preciosidad de película.

    Muchas gracias por este rincón cinéfilo maravilloso :D

    ¡Un abrazo!

    Sophía

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